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    Sábado, 22 de Diciembre, 2018 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    (We would like to wish a very Happy Hanukkah to every Jewish family around the world, starting within Israel, where the Rebbe Yeshua HaMoshiach (Jesus Christ)
    was born, so he may live our eternal life, granted by our heavenly Father, but only with the
    Ten Commandments fulfilled and glorified through eternity filled with His Grace, Mercy, Truth and Divine Justice towards us.
    Merry Christmas to every one throughout the Americas, may our heavenly Father bless you along with your loved ones, neighbors and friends nearby and far through His Son Jesus Christ that has shed his atoning-blood filled with love thus to cover you, your
    loved ones, neighbors and friends with his unfailing love, where there is no sin visible in you anymore, forever.
    Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo 2019 a nuestras familias en toda nuestra
    gran América continental, y así, seguiremos bendiciendo a sus hijos e hijas en tierras lejanas, como en España y por toda Europa continental, con el amor del Padre, la
    gracia y verdad de su Hijo Jesucristo, y con poderes y dones de justicia divina
    del Espíritu Santo. ¡Feliz Navidad—y Amén!)

    LA ROCA DE SALVACIÓN CON TU SACRIFICIO: TE VISTE DE PAZ, VIDA Y RIQUEZAS AHORA:

    Nuestro Padre celestial le dijo a Abraham tráeme una vaquilla, una cabra y un cordero de tres años cada uno, y sin defectos en ellos, y sacrifícalos sobre la roca delante de ti, y esta es la roca de salvación, descendida del monte santo de Jerusalén,
    en Canaán, porque estos sacrificios con sus mitades opuestas una a otra quitando pecados estaban. Divinamente, nuestro Padre celestial había llamado a
    Abraham a hacer sacrificios sobre la roca de salvación que había descendido del monte santo de
    Jerusalén, porque él había entrado en un convenio muy importante no solamente de salvación, pero también de bendiciones de muchas generaciones, enriqueciendo a sus hijos prometidos y a las familias de las naciones del mundo
    entero.

    Visto que, nuestro Padre celestial había llamado ya a Abraham a contar las estrellas del cielo arriba, porque si él las podía contar, entonces él podría contar perfectamente también a sus hijos que nacerían de él a través de muchas generaciones,
    llamados a poseer a Canaán perpetuamente, para gloria de su santo nombre sobre
    el monte santo de Jerusalén, en Canaán. Por ende, nuestro Padre celestial tenía que tener ya a Abraham haciendo estos tres sacrificios sobre la roca de salvación junto
    con dos palominos sin cortar, en Canaán, porque esta tierra preciosa había escogido para ser como su paraíso moderno en la tierra, que jamás había sido
    ofrecida a Él, a su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo en el cielo.

    Ciertamente, en este día, cuando nuestro Padre celestial les entregó su tierra escogida a Abraham y a sus hijos prometidos para vivir en generaciones futuras, entonces, él mismo tenía que dedicarla toda a Él, a su Hijo Jesucristo y a su Espíritu
    Santo en un gran sacrificio de tres carneros con sus mitades opuestas una a otra, salpicando sangre sobre el altar. Y es aquí: cuando nuestro Padre celestial le reveló a Abraham que sus hijos iban a vivir en generaciones venideras, incontables como las
    estrellas del firmamento, que Él mismo le había pedido que las contase antes,
    pero ellos nacerían en una tierra extranjera de cautiverio, para ser liberados
    después de un periodo de cuatrocientos años, para luego entrar en Canaán con
    grandes
    riquezas.

    Asegurando así, que nuestro Padre celestial los visitaría después cumplidos los cuatrocientos años, dado que ellos abandonaran la tierra de su cautividad con grandes riquezas que jamás les fallaran, porque Él continuara multiplicando las riquezas
    de Abraham por muchas generaciones para sus hijos que lo aman, le sirven y lo alaban a Él y a su santo nombre fuego por toda una vida. Visto que, estos tres
    carneros sacrificados serán la fundación para que sus hijos prometidos finalmente nazcan como
    Isaac del vientre estéril de Sarah su esposa, por poderes del Espíritu Santo:
    porque el niño nacerá con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora del cuerpo glorificado que heredara a Canaán, para gloria de
    su santo nombre
    fuego, para siempre.


    Considerando que, solamente será en la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria de su único hijo Isaac que sus hijos serán reconocido a través de las generaciones, heredando la tierra prometida para que su santo nombre fuego
    sea exaltado sobre el monte santo de Jerusalén, conquistando nuevas glorias por medio de las familias de las naciones, para siempre. Es decir, también que
    en este día nuestro Padre celestial le entregó a Abraham no solamente a sus hijos viviendo en
    cada generación con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria, pero también Canaán, finalmente levantando su santo nombre fuego sobre el monte santo de Jerusalén perpetuamente, y así, su reino de su voluntad perfecta venga
    al mundo eventualmente.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba tener a su santo nombre fuego ya siendo amado, servido y alabado por sus hijos nacidos del vientre estéril de Sarah como Isaac, y con su corazón santísimo gimiendo por sus hijos perdidos a mentiras,
    maldiciones, enfermedades, conflictos, pobreza y muerte de Lucifer, finalmente rescatándolos con poderes de resurrección sobre su monte santo de Jerusalén,
    en Israel. Por cuanto, estos son hijos que nuestro Padre celestial necesitaba viviendo ya en la
    tierra con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo de su palabra viva, que es el Juramento a Isaac, derramándola enteramente y sin cesar sobre Isaac yaciendo sobre el monte santo de
    Jerusalén, descansando en el Moriah.

    Visto que, estos son los hijos viviendo en muchas generaciones, bendiciendo a las familias de las naciones con el corazón de nuestro Padre celestial lleno de amor, de aflicción, de poderes de resurrección y de intercesión por sus hijos perdidos a
    mentiras, maldiciones, enfermedades, pobreza y decepciones de Lucifer, finalmente liberándolos con la poderosa resurrección de su Hijo Jesucristo nacido en Canaán. Considerando que, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham que tenga a sus hijos
    viviendo en generaciones futuras con su corazón santísimo: afligido, gimiendo
    y mediando por sus hijos perdidos de todas las familias de las naciones yaciendo ya en el infierno, para Él poderlos enriquecer eventualmente con riquezas entregadas a él
    desde el cielo arriba, pero únicamente con el bautismo en agua primero.

    Entendiendo que, jamás quiso oírle a alguien decir que él haya enriquecido a
    Abraham y a sus hijos, por ello, de las abundantes riquezas derramándose constantemente sobre Abraham y Sarah su esposa, para que ellos vivan en abundancia de riquezas
    cotidianas y hasta que sus hijos prometidos nazcan como Isaac, por poderes del Espíritu Santo. Definitivamente, estas son riquezas que eventualmente fluirán
    entre todas las familias de las naciones, al ser ellas renacidas del bautismo en agua y
    bautizas del Espíritu Santo, porque es su voluntad perfecta de que sus hijos sean enriquecidos por la carne sagrada y su sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, y así, ellos vivan en los dones y poderes del Espíritu Santo.

    Considerando que, esta es la única manera en que nuestro Padre celestial aceptara a cada hombre, mujer, niño y niña renaciendo del bautismo en agua y del Espíritu Santo para entrar a Canaán, su paraíso moderno, su dulce hogar,
    establecido ya para
    vivir con su familia divina de carne sagrada y del Espíritu Santo, conociendo siempre riquezas de su corazón hacia ellos diariamente. Entendiendo que, para quienquiera entrar en Canaán, que es la nueva tierra de nuestro padre celestial con cielos
    gloriosos, que está por manifestarse entre todos nosotros, como su tierra de grandes riquezas: y así, tú entres en ella hoy, pero enriquecido ya abundantemente con bautismos en agua y en su Espíritu Santo, porque sólo así
    tú recibirás muchas
    riquezas de Abraham constantemente.

    Bautizado en agua y en el Espíritu Santo, entonces, tú abandonaras la carne pecadora por la carne sagrada y llena de riquezas de Abraham, y además, tú abandonaras el espíritu de error, que es el fruto prohibido, por su Espíritu Santo y el pan de
    vida, que tú comerás para vestirte con perfecta gloria y santidad ante nuestro Padre en el cielo. Visto que, para quienquiera entrar en Canaán o en la gloria angelical en estos días, entonces, aquella persona deber vestirse con el cuerpo glorificado
    y llena de riquezas concedidas por nuestro Padre celestial a Abraham y a Sarah su esposa junto sus hijos viviendo en toda generación, y así, tú continuaras
    viviendo grandes riquezas en la vida eterna una eternidad entera.

    Comprendiendo que, nuestro Padre celestial es rico, así como su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo lo son junto con las huestes angelicales, por ende, tú debes vestirte con sus riquezas en la tierra, no importando jamás tu
    religión o fe, visto que Ã
    ‰l jamás esperó recibir nada menos de ti que su perfección, santidad y riquezas interminables, manifestadas a Abraham inicialmente. Realmente, los bautismos en agua y del Espíritu Santo son importantes en ti no solamente para
    abandonar la carne
    pecadora por la carne sagrada, para que tú jamás camines en el espíritu de error, pero, más bien, camines en poderes y dones del Espíritu, acompañándote por donde sea que vayas en su vida, conociendo únicamente riquezas insondables de su corazón
    santísimo hacia ti.

    Por lo tanto, las riquezas de nuestro Padre celestial entregadas a Abraham y Sarah junto con sus hijos en generaciones futuras son para ser gozadas en la carne sagrada y jamás en la carne pecadora, y así, caminar siempre en poderes
    y dones del Espí
    ritu Santo del Juramento a Isaac, destruyendo así las obras del espíritu de error, para que tú vivas una vida victoriosa progresivamente. Ya que, esta es la única manera posible como nuestro Padre celestial necesitaba conocerlo a él por su Hijo
    Jesucristo y por su Espíritu Santo, porque es únicamente por la carne sagrada
    y por el Espíritu Santo, que Él es siempre complacido con toda verdad y justicia en la gloria celestial con huestes angelicales y sobre la tierra contigo y con los tuyos.

    Por ello, es solamente aquí, en donde tú vas creciendo hacia Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, porque tú habrás renacido del bautismo en agua, abandonando la carne pecadora con cada pecado de tu vida, para vivir en la carne sagrada de su
    Hijo Jesucristo, en donde la fe de nuestro Padre celestial es tuya completamente cada día hacia la eternidad. Por eso, ahora tú podrás hacer todo lo que nuestro Señor Jesucristo hizo junto con el Espíritu Santo en toda
    su vida mesiánica en Canaán,
    y esto fue sanando enfermos, sanando a los ciegos para ver nuevamente, sanando a los sordos y cojos para que oigan y caminen nuevamente, porque en su carne sagrada tú habrás adquirido la fe del Padre enteramente.

    Por consiguiente, tú no solamente podrás hacer todo lo que nuestro Señor Jesucristo hizo junto con su Espíritu Santo por las calles, valles, pueblos y ciudades de Israel, pero igual, aún mayores cosas que estas tú harás, porque
    él ha cumplido con
    el Juramento a Isaac por ti, para que hagas de lo imposible, posible cada vez, y siempre. Es decir, que tú estarás haciendo la voluntad perfecta de nuestro Padre celestial en la tierra, así como es en la gloria angelical, porque tú estarás operando
    en tu vida con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y con dones y poderes del
    Espíritu Santo, por ende, todo te será posible a ti, porque la fe del Padre estará trabajando contigo continuamente.

    Evidentemente, lo único que te es requerido hacer para obtener la fe personal de nuestro Padre celestial, operando en cada día de tu vida, es de renacer del
    bautismo en agua y del bautismo del Espíritu Santo, porque tú necesitas deshacerte de la
    carne pecadora por la carne sagrada, en donde su fe personal opera constantemente y sin fallarte a ti jamás. Por eso, es que tú siempre obtendrás todo lo que desees en tu vida no solamente para ti, pero igual, para
    tus amados, incluyendo vecinos y
    amistades de cerca y de lejos, porque nuestro Padre celestial necesita que su misma fe mueva todas las cosas en la tierra, así como lo mueve todo universalmente en la gloria celestial con sus huestes angelicales.

    Realmente, esta es su perfecta voluntad hoy para ti, y esto es de usar su fe poderosa entrega a ti ya enteramente por su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, y luego nacido de la hija de David
    igualmente, y así, tú vivas su vida eterna junto con su fe haciendo su perfecta voluntad diariamente. Y es aquí, en donde tú jamás volverás a pecar nuevamente, porque en el Juramento a Isaac, que es la fe de nuestro Padre
    celestial, operando en tu
    vida diariamente, entonces, será su fe trabajando en ti ya junto con riquezas interminables, y así, tú tornaras lo imposible en posible en toda tu vida, y por toda la tierra igualmente: triunfando siempre.

    Ciertamente, esta es la perfecta voluntad de nuestro Padre celestial actualmente para con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, para ser como Él es en la gloria celestial ante su Hijo Jesucristo y su Espíritu
    Santo junto con las huestes angelicales, porque su fe estará tornando todo lo imposible en posible, sin fallarte nunca. Verdaderamente, el único requisito que tú necesitas obtener para caminar en la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y poderes y
    dones del Juramento a Isaac, es de haber renacido del agua y del Espíritu Santo únicamente, y así, tú jamás vuelvas a caminar en la carne pecadora ni
    en el espíritu de error, que son las raíces de tus dudas, siempre.


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