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    Sábado, 04 de Julio, 2020 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

    (Felicidades a todos en toda America, en este día glorioso. Happy Fourth of July everyone throughout America, in the name of our Lord Jesus Christ, may you
    enjoy these wonderful days ahead of great richness that our heavenly Father has
    granted you
    through His Holy Spirit with His amazing unfailing love from His holy heart that is descending towards you continually until kingdom come. Amen!)

    CANAÁN endulzó días antiguos de la TIERRA, pero: sin el Satanismo en ÉL:

    Entendiendo que, nuestro Padre celestial inmoló a su Cordero escogido, su Hijo
    Jesucristo, en la gloria angelical antes de la fundación del mundo, porque Él
    iba a establecer su dulce hogar, en donde sus hijos nacerían por muchas generaciones en la
    tierra, por ende, Él tenía que tener a su Hijo amado inmolado nuevamente, pero en Canaán por un siervo suyo. Por cuando, nuestro Padre celestial buscó entre familias de las naciones por alguno digno, que sea su siervo, dispuesto a
    tener a su Hijo
    Jesucristo inmolado nuevamente en la tierra, pero esta vez, tenía que ser en Canaán, porque sus hijos renacerían de su tierra escogida, aprendiendo a amarlo, servirle y adorarle a Él y a su santo nombre fuegos por generaciones interminables.

    Realmente, nuestro Padre celestial necesitaba transferir hacia la humanidad entera poderes muy importantes, que Él los había obtenido, cuando su Hijo amado fue inmolado antes de la fundación del mundo, porque Él buscaba siempre
    bendecir a sus hijos,
    como jamás ellos han sido bendecidos, manifestando así riquezas, poderes y glorias jamás vistas por nadie en el cielo ni en la tierra. Poderes, riquezas,
    glorias, bendiciones y riquezas inagotables muy importantes, que nuestro Padre celestial
    necesitaba establecerlas en la tierra con una familia dispuesta a oír y obedecer sus palabras de vida, derramándose desde su corazón santísimo y lleno de bondad, bendiciendo a sus hijos antes de nacer, porque ellos necesitaban amar, servir y alabar
    su santo nombre fuegos sobre su altar de su amor eterno.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba crear una nueva tierra con sus hijos renaciendo de su corazón santísimo, pero igualmente, Él los necesitaba
    renaciendo con su pacto de vida, como el Juramento a Isaac, en donde Él derramaría desde su coraz
    n santísimo: poderes, glorias y riquezas desconocidas por las huestes angelicales, y así, Él vivir con sus hijos sin pecado por una eternidad entera. Por eso, es que nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham que sea su
    siervo fiel, dispuesto no
    solamente a creer en sus palabras de vida, pero igualmente, llevarlas a cabo todas ellas fielmente, complaciéndolo así a Él en toda verdad, poderes y justicia, que Él necesitaba establecer en la tierra por sus hijos por nacer enriquecidos, pero sin
    pecado alguno.

    Es decir, que nuestro Padre celestial iba a tener a sus hijos naciendo con la carne sagrada y la sangre expiatoria, y así, ellos vivan sus días de vida en la tierra sin pecado alguno jamás, porque este es el Juramento a Isaac, pero, ellos necesitaban
    renacer del bautismo en agua para que esto sea posible en sus vidas por toda la
    tierra, siempre. Y esto es verdad en nuestros días no solamente con Israel, pero igualmente con las familias de las naciones, que una vez ya bautizadas en agua, invocando la
    perfecta santidad de su nombre, como el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacobo, entonces, ellos vivirán sin pecado en toda la tierra, gozando siempre de dulzuras de Canaán hasta que su reino venga.

    Aquí es cuando, nuestro Padre celestial tuvo a Abraham sacrificando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos palominos sin cortar
    sobre la roca de salvación, salpicadas con sangre expiatoria, sacrificando un carnero por el Padre,
    uno por el Hijo y otro por el Espíritu Santo, para que sus hijos nazcan, empezando con Isaac a vivir sin pecado alguno siempre. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba introducir en las familias de las naciones no solamente su
    vida eterna por
    completo, pero igualmente, Él necesitaba establecer sus Diez Mandamientos de Israel y de Moisés en perfecta santidad, y así, ellos vivan una vida gloriosa
    ante Él, su Hijo Jesucristo, su Espíritu Santo y las huestes angelicales en toda la tierra.

    Evidentemente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial, vivida por su
    Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, que no solamente introducía en las familias de las naciones su amor infalible y
    asombroso para toda vida humana, pero igualmente, establecía sus glorias, poderes, riquezas, enriqueciendo a sus hijos de la humanidad entera, empezando en Canaán. Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial tener a
    Abraham sacrificado
    tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar
    sobre la roca de salvación, salpicadas con sangre expiatoria, y así, él empiece su sacrificio continuo, que empezó en el reino angelical, siguiendo en
    Canaán hasta
    quitar el pecado del mundo en un día.

    Ciertamente, este es el sacrificio continuo de nuestro Padre celestial, que Él
    mismo lo empezó ante sus huestes angelicales, cuando su Hijo Jesucristo era inmolado antes de la fundación del mundo, y así, Él lo continúe no solamente por toda la
    tierra, empezando en Canaán, pero igualmente, por todo su nuevo reino, como su
    nueva tierra y llena de su amor infalible. Además, nuestro Padre celestial necesitaba abolir el pecado del mundo y de la humanidad, pero sucedería en Canaán, porque fue en
    la gloria celestial, en donde el pecado nació del corazón malvado de Lucifer,
    por ende, tenía que ser destruido en Canaán, y así, Adán y Eva junto con sus hijos vuelvan a vivir nuevamente victoriosos sobre Satanás y su pecado y la muerte.

    Definitivamente, nuestro Padre celestial necesitaba a cada hijo nacido de las familias de las naciones sin el efecto del pecado, que había empezado en Adán
    y en Eva en el paraíso, cuando ambos comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del
    bien y del mal, y así, ellos sean sus hijos legítimos y con perfecta santidad, pero únicamente posible bautizados en agua. Por lo tanto, cuando nuestro Padre celestial tuvo a Abraham sacrificando sus tres carneros sobre la roca de salvación y con sus
    mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, entonces, su Hijo Jesucristo podía nacer del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, y sin el efecto del pecado en la tierra, por vez primera.

    Además, nuestro Padre celestial necesitaba tener el sacrificio de su Hijo Jesucristo conducido desde antes de la fundación del mundo en la gloria angelical, tocando ya las almas de las familias de la humanidad, empezando con Abraham y sus amados,
    porque Él estaba dispuesto a llenar la tierra con su familia divina, que es, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo. Ya que, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo viviendo con Abraham y con sus amados, como Isaac nacido del vientre
    estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, y así, Él poder vivir su vida eterna con cada hijo suyo, porque Él necesitaba encontrar amor, amor prístino y apasionado, que está en ellos abundantemente, amándolo a Él por una eternidad entera.

    Realmente, nuestro Padre celestial pudo vivir su vida eterna con Abraham y con sus amados, incluyendo vecinos y amistades en la carne sagrada y la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, que había nacido como Isaac entre ellos, y así, Él pueda
    encontrar ese glorioso amor, que siempre ha estado en ellos, finalmente para gozarlo por todo su reino angelical para siempre. Definidamente, nuestro Padre celestial necesitaba amor de su Creación entera, como de sus huestes angelicales en sus millares,
    pero igualmente, Él necesitaba ser amado por su Hijo Jesucristo y por su Espíritu Santo, como siempre ambos lo han amado a Él, pero ahora, Él necesitaba a sus hijos nacidos de su imagen, amándolo continuamente por una eternidad, empezando en su
    hogar en la tierra.

    Aquí es cuando, nuestro Padre celestial finalmente encontró, lo que Él había siempre buscado por siglos interminables de la gloria celestial, que Él
    falló en encontrarlo en sus huestes angelicales, porque le fueron rebeldes a Él y a su santo
    nombre fuegos, empezando con Lucifer, pero con sus hijos naciendo de Él, empezó a ver su amor puro, gozándolo con ellos últimamente. Visto que, este es el amor infalible de nuestro Padre celestial, emanando de su corazón santísimo siempre para amar
    a su Hijo Jesucristo, a su Espíritu Santo y las huestes angelicales, pero ahora, Él necesita ser amado por sus hijos, empezando con Adán y Eva junto contigo y tus amados, pues nacieron amándolo a Él, pero amarlo a Él con su roca de salvación.

    Por consiguiente, nuestro Padre celestial lo encontró con Abraham y con sus hijos por generaciones futuras, pero igualmente, Él lo encontró, gozándolo, con los hijos de las familias de las naciones, aunque ellos ya yacían en sus infiernos
    tormentosos, pero viéndolos regresar a vivir únicamente para amarle a Él, como jamás ha sido amado antes. Verdaderamente, este es el amor que nuestro Padre celestial sintió, cuando le dada vida no solamente a Adán y a Eva junto
    con sus hijos por
    generaciones venideras: sin embargo, desde cuando ellos cayeron en el pecado, por comer del fruto prohibido, entonces, Él tuvo que sacrificar su misma vida,
    haciendo que ellos regresen a su dulce hogar nuevamente, pero sin pecado para siempre.

    Entendiendo que, nuestro Padre celestial necesitaba ofrecer su misma vida eterna, como su sacrificio personal por cada hijo suyo de Israel y de las familias de las naciones, y así, Él tenerlos amándolo a Él por edades interminables, empezando hoy
    contigo y con todos tus amados, pero amándolo a Él con sus océanos de amor puro y apasionado de su roca de salvación. Realmente, esta es la vida eterna de nuestro Padre celestial siempre amando a sus hijos, nacidos de su imagen, su
    alma santísima,
    su corazón y de su amor infalible, por ello, Él no pensó dos veces para dar su propia vida para que ellos regresen a vivir nuevamente en su dulce hogar, inmolando a su Hijo amado inicialmente para hacerlo todo posible hoy contigo.

    Es decir, también que nuestro Padre celestial: cuando Él tuvo a Abraham con Isaac yaciendo sobre leñas del monte Sion, descansando sobre el monte Moriah, en Canaán, entonces, Él derramó todo su amor infalible de su corazón santísimo junto con su
    vida eterna, ofrendada ya por sus hijos perpetuamente, llenando así la tierra entera con sus glorias interminables, poderes, dulzuras y riquezas insondables.
    En otras palabras, cuando el Cordero de Dios fue inmolado antes de la fundación del mundo,
    entonces, nuestro Padre celestial ofreció su misma vida eterna, que jamás conoció el pecado, la maldad o tinieblas, ofrendándolo por sus hijos por el continuo sacrificio de su Hijo Jesucristo, y así, sus hijos escapen todo mal, regresando a Él y a
    su dulce hogar, enriquecidos como nunca antes.

    Legalmente, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham sacrificando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, salpicados con sangre expiatoria, porque Isaac iba a nacer del vientre estéril
    de Sarah, por poderes
    del Espíritu Santo, renaciendo luego con hijos de Dios del corazón de la tierra con perfecta salvación, amándolo a Él por una eternidad entera. Realmente, nuestro Padre celestial ya había encontrado a sus hijos, llamándooslo a vivir su amor
    infalible, solamente posible en la roca de salvación, en donde Abraham sacrifico tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, porque Él necesitaba caminar entre las víctimas victoriosas sobre
    Satanás, pecados,
    maldiciones, enfermedades, conflictos, pobrezas y la muerte en la tierra.

    Legalmente, nuestro Padre celestial tenía que haber tenido ya a su Hijo Jesucristo inmolado antes de la fundación del mundo sobre la roca de salvación en la gloria celestial y ante sus huestes angelicales, como testigos, pagándolo todo no solamente
    por su amor asombroso emanando de Él hacia nosotros, pero igualmente, por cada
    bendición para vivir enriquecido y con perfecta salvación en la tierra. Ciertamente, este es el amor, que nuestro Padre celestial necesita para ser amado por sus hijos de
    Israel y de las naciones, recibiéndolos ellos mismos de la roca de salvación cada día de sus vidas entre sus familias, porque ya bautizados en agua, entonces, el amor asombroso de la roca será parte de sus vidas siempre, empezando en cada hogar en la
    tierra.

    Ya que, nuestro Padre celestial caminó sobre la roca de salvación con sus tres sacrificios y sus mitades opuestas una a otra junto con dos aves sin cortar, entonces, Él caminaba, como cuando su Hijo Jesucristo fue inmolado en la gloria celestial,
    proclamando así victoria, porque su unigénito iba a nacer como Isaac y sin pecado, bendiciendo la tierra entera finalmente para siempre. Visto que, esta es la vida gloriosa, que nuestro Padre celestial había deseado siempre vivirla
    con su Hijo
    Jesucristo y con su Espíritu Santo, pero en cada hijo suyo de Israel y de las naciones, porque esta es su misma vida llena de su amor infalible que nos entrega su santo nombre fuegos: glorias, poderes, honores y riquezas interminables jamás tocadas por
    el pecado.

    Verdaderamente, cada vez que un hijo suyo se bautiza en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, entonces, la carne pecadora y el espíritu de error son reemplazados por la carne sagrada y el Espíritu
    Santo, en donde su vida eterna florece en nosotros con poderes asombrosos, riquezas y felicidad inagotable por toda la tierra. Ya que, esta es su propia vida, que nuestro Padre celestial siempre la ha vivido con su Hijo Jesucristo y
    con su Espíritu
    Santo por una eternidad junto con las huestes angelicales, pero ahora, Él desea vivirla contigo, tus amados, vecinos y amistades de alrededor del mundo, porque Él ha descubierto glorias nobles, poderes, dulzuras y riquezas jamás tocadas por el pecado.


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