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    Sábado, 11 de Abril, 2020 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica


    (Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)


    CANAÁN es una ROCA: ENRIQUECIENDO a ISRAEL y las NACIONES BAUTIZADAS, porque el PADRE ya desciende pronto:


    Amorosamente, nuestro Padre celestial estaba listo para derramar de su voluntad
    perfecta sobre la tierra, para rescatar a sus hijos que ya habían descendido al infierno tormentoso, por no cumplir con toda su verdad y justicia, que es el
    bautismo en agua,
    invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos en sus tierras natales, y así, ellos hubiesen escapado de sus pecados perpetuamente. Ya que, nuestro Padre celestial buscó por toda la tierra, para ver si encontraba a alguien dispuesto a oírle
    a Él, para Él mismo entrar en un pacto de vida con él y con su familia, pero, Él falló en encontrarlo—hasta que conoció a Abraham, porque él era un hombre listo para obedecer su palabra junto con toda su casa.


    Por lo tanto, nuestro Padre celestial encontró a alguien que no solamente estaba dispuesto a oír sus palabras vivas, obedeciéndolas enteramente para que reciba su bendición cotidiana desde la gloria celestial, pero igualmente, él estaba por recibir
    un hijo, moldeado, como su mismo corazón santísimo, en donde Él podía derramar su corazón santísimo sobre él, como su voluntad perfecta finalmente
    para la humanidad entera. Considerando que, porque Adán y Eva comieron del fruto prohibido, del á
    rbol de la ciencia del bien y del mal, entonces, ellos jamás podrían recibir la perfecta santidad de su nombre todopoderoso ni menos obedecer su voluntad perfecta, que está por llenar toda la tierra con glorias sin fin, riquezas y felicidades
    interminables en cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones.


    Sin embargo, para que esto sea posible, entonces, nuestro Padre celestial no solamente tenía que manifestar sus riquezas asombrosas desde la gloria celestial a Abraham y a sus amados, pero igualmente, Él tenía que manifestarle la tierra escogida, torn
    ndolo en su nuevo reino de su amor apasionado, que es Canaán, en donde sus hijos renacerán en su perfecta voluntad, empezando con su Hijo amado. A tiempo, nuestro Padre celestial llamó a Abraham a abandonar su familia y sus amistades para vivir en
    una tierra desconocida por él, y así, él empiece a recibir las promesas, que
    Él mismo le había otorgado ya, como un hijo, naciendo del vientre estéril de
    Sarah su esposa, para que le sirva siempre a Él en la carne sagrada en Canaán.


    Visto que, nuestro Padre celestial no solamente necesitaba a su Hijo Jesucristo
    nacido como Isaac con la carne sagrada y la sangre expiatoria, pero igualmente,
    a ti también con tus amados, vecinos y amistades de las naciones: amándolo, sirviéndolo y
    alabándolo a Él únicamente en la carne sagrada en Canaán, ejecutando así su voluntad perfecta en tu país natal, sin fallarle a Él jamás. Entendiendo que, bautizado en agua ya: tú fallaras siempre en fallarle a nuestro Padre celestial en todos
    tus días, como en tu país natal, en donde tú naciste inicialmente, porque este Juramento a Isaac tiene todos los poderes que tú siempre necesitaras, viviendo así amado, prospero, enriquecido y protegido con felicidades sin fin en la eternidad,
    empezando ahora en tu hogar y con tus amados.


    Realmente, esta es la carne sagrada y la sangre expiatoria, en donde nuestro Padre celestial derramó enteramente su corazón santísimo sobre el monte santo de Jerusalén, para que su Hijo Jesucristo nazca como Isaac por el Espíritu Santo, haciendo su
    voluntad perfecta así en Canaán, como en el cielo con las huestes angelicales, en donde el pecado no existe, abriendo así camino a muchas riquezas. Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac de Sarah, por el
    Espíritu Santo, y así, Él no solamente introducir su vida eterna en la familia de Abraham junto con sus hijos viviendo en generaciones venideras, pero
    igualmente, Él necesitaba establecer su perfecta voluntad sobre él, para que el corazón de la
    tierra fluya leche y miel por una eternidad entera.



    Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial sentarse con Abraham y sus 318 hijos adoptados, comprados por dinero de extraños, porque participando del pan y vino, servido por su Hijo Jesucristo de la Mesa santa con él (Abraham) y con su
    familia, entonces, Él había empezado a establecer su voluntad perfecta sobre la tierra, como en el cielo angelical. Dado que, al nuestro Padre celestial participar del pan y vino con Abraham y sus hijos, entonces, Él estaba comiendo de las manos de su
    Hijo Jesucristo, que sirve la Mesa santa para los ángeles del cielo y para Abraham y sus hijos viviendo en generaciones futuras, llenando así la tierra con sus familias y naciones de sus glorias sin fin, siempre.



    Visto que, este fue un llamado para cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones por generaciones venideras, que: si tú participas de su comida cotidiana, entonces tú comerás con Él y con su Espíritu Santo del pan y vino de su Hijo Jesucristo,
    que Él mismo comió inicialmente con Abraham y sus hijos adoptados, y así, tú vivirás en su perfecta voluntad siempre. Ya que, esto es algo que tú puedes hacer en la mesa de tu hogar, pero igualmente, en otros lugares en donde
    tú estarás por comer
    algo, como en un restaurante o cocina que tú te acercas para comer algo de ella, porque el Padre estará allí contigo para comer del pan y vino, que es su voluntad perfecta en tu vida siempre.


    Por cuanto, nuestro Padre celestial necesitaba también a Abraham ejecutando tres carneros con sus mitades opuestas una a otra junto con dos palominos sin cortar sobre la roca de salvación, salpicada con sangre expiatoria, y así, Él expiar, juzgar y
    perdonar cada pecado cometido en contra de Él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo por las familias de las naciones del mundo entero. Además, esta es la carne sagrada junto con los huesos inquebrantables y sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo,
    en donde Él derramaría la perfecta voluntad de su corazón santísimo y con pecados de las familias de las naciones ya expiados, juzgados y perdonados, y así, ellos vivan su vida eterna nuevamente, viviendo siempre con Él, su Hijo Jesucristo y su Esp
    ritu Santo eternamente justificados.


    Por eso, cuando nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, entonces, Él introducía su vida eterna no solamente en la familia de Abraham, pero igualmente en cada familia de
    las naciones, y así, Él mismo vivir con ellos en su nuevo reino: eternamente amado, enriquecido y bendecidos con felicidades interminables. Entendiendo que,
    nuestro Padre celestial pudo vivir con la familia de Abraham su misma vida eterna junto con
    cada hombre, mujer, niño y niña que ya había nacido, pero igualmente de los que nacerán en futuras generaciones, que Él se encontró muy complacido con verte a ti, y este eres tú hoy, viviendo su vida eterna con Él en Canaán.


    Visto que, nuestro Padre celestial complacido estuvo con verte a ti junto con los tuyos, vecinos y amistades, viviendo su vida eterna en la carne sagrada y la sangre expiatoria de su Hijo Jesucristo, que Él tenía que tener a ti ya en
    la gloria
    celestial viviendo su vida eterna con Él junto con sus huestes angelicales, por ello, llamó nuevamente a Abraham. Inmediatamente, nuestro Padre celestial llamó a Abraham al monte Sion, descansando sobre el Moriah, ofreciendo a su único hijo Isaac,
    porque él (Abraham) había aprendido a amarlo a Él por su Hijo Jesucristo como Isaac, además, Él había vivido su vida eterna con familias de las naciones, que Él tenía que levantarla ya hacia su gloria celestial para que esté con Él siempre.


    Por ende, cuando nuestro Padre celestial llamó a Abraham con su hijo Isaac al monte Sion, sobre el Moriah, ofreciéndolo, como una ofrenda encendida hacia la
    gloria celestial, entonces, Él ya había vivido su vida eterna con Abraham, pero igualmente,
    con cada hombre, mujer, niño y niña de las naciones, que Él necesitaba su vida enriquecida con Él en la gloria celestial inmediatamente. Ya que, esta es
    la vida eterna de nuestro Padre celestial, que su Hijo Jesucristo logró introducirla en las
    familias de las naciones, empezando con la familia de Abraham, y así, Él mismo vivirla con cada hombre, mujer, niño y niña de la tierra, por poderes del Juramento a Isaac—entonces, luego levantarla hacia la gloria celestial para gozarla
    continuamente siempre.


    Además, todas estas son cosas maravillosas, que nuestro Padre celestial necesitaba cumplir con todas las familias de las naciones, aunque casi todas ellas yacían ya en el infierno tormentoso, porque murieron en sus pecados, al descuidarse del bautismo
    en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre todopoderoso, que los hubiese salvado de la perdición eterna al instante. Sin embargo, nuestro Padre celestial hizo todas estas cosas asombrosas por Abraham y por sus hijos, pero igualmente, por
    ti hoy en día, porque Él logró vivir su vida eterna contigo junto con tus amados, vecinos y amistades, y así, Él llevarse su vida eterna, vivida ya contigo hacia la gloria celestial mucho antes que tú sepas lo que hizo ya por ti.


    Ciertamente, nuestro Padre celestial te ha integrado a ti junto con tus amados,
    vecinos y amistades, incluyendo tus hijos viviendo en generaciones futuras en la carne sagrada de Israel antiguo, como el árbol, entregándonos la cruz con su santo nombre
    fuegos victorioso sobre el pecado del mundo entero, para que tú conozcas su vida eterna ya vivida contigo en Canaán, en días de Abraham. Además, para que esto sea posible hoy en día, entonces, tú tienes que renacer del bautismo
    en agua, invocando
    la perfecta santidad de su santo nombre fuegos ya clavado al madero sobre el monte Sion, en Canaán, y así, tú recibas beneficios de su vida eterna, que Él mismo ya la ha vivido contigo, enriqueciéndote cada día toda una vida entera.


    Considerando que, así como su Hijo Jesucristo nació como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, entonces, él nació con la
    carne sagrada junto con los huesos inquebrantables y la sangre expiatoria, que únicamente puede
    vivir en Canaán, en donde el pecado no existe, porque Canaán es la tierra de su perfecta voluntad para toda la tierra siempre. Por eso, tú renaces del bautismo en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos, entonces, al tú
    sumergirte en el agua, abandonaras la vida pecadora, emergiendo en Canaán, para caminar con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo y con toda su
    misma vida eterna, enriqueciéndote cada día en tu tierra natal y por toda una
    eternidad entera.


    Es decir, que tú empezaras a vivir tu vida eterna con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo, porque ahora tú habrás renacido en la carne sagrada
    de su Hijo Jesucristo, que es Isaac, que ha recibido enteramente su voluntad perfecta
    directamente de su Espíritu Santo, y así, tú jamás fallaras en recibir tu bendición cotidiana y hasta que su reino venga. Ciertamente, tú vivirlas con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo en Canaán, porque cuando Isaac vivió su vida
    entera en él (Canaán), sin conocer el pecado jamás, entonces, postreramente Isaac renació como nuestro Señor Jesucristo de la hija virgen de David y sin pecado, finalmente destruyéndolo en la tierra, y así, tú únicamente conozcas la felicidad
    con Él siempre.


    Es decir, que tú vivirás la vida eterna de nuestro Padre celestial, entregada
    a ti ya en su Hijo Jesucristo y en su Espíritu Santo, al bautizarte en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre todopoderoso, y así, tú solamente
    conozcas su
    gloria celestial y con su felicidad infinita, que Él siempre ha gozado por una
    eternidad y hasta hoy en día, en Canaán. Realmente, nuestro Padre celestial necesita establecer su voluntad perfecta contigo, tus amados, vecinos y amistades, así como
    empezó a establecerla en Canaán con su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, pero igualmente, Él necesita establecerla en tu hogar, barrio, comunidad y nación entera, y así, tú sólo
    conozcas cada día su felicidad siempre.


    Por eso, es que cuando tú te bautizas en agua, invocando la perfecta santidad de su santo nombre fuegos, clavado al madero del monte santo de Jerusalén, en Canaán, entonces, al tú sumergirte en el bautismo en agua, instantáneamente tú emerges en el
    Jordán con nuestro Padre celestial y con su Espíritu Santo, integrándote así a su voluntad perfecta para siempre. Considerando que, sumergido tú enteramente en las aguas bautismales en la bañera de tu hogar, invocando la santidad perfecta de su
    nombre, como el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacobo, entonces, tú emerges en la carne sagrada de Isaac, caminando con nuestro Padre
    celestial y con su Espíritu Santo y en su perfecta voluntad toda una eternidad
    entera.


    Aquí es cuando, tú te habrás integrado en la naturaleza divina de nuestro Padre celestial junto con su Espíritu Santo, y así, tú siempre seas parte de
    Él y de toda su vida eterna en Canaán, viviendo y gozando con Él de grandezas de poderes del
    Juramento a Isaac, llevando así contigo cada día su perfecta voluntad en tu hogar también siempre. Visto que, esto es algo que nuestro Padre celestial necesita vivir enteramente no solamente con la casa de Israel, pero igualmente con cada hombre,
    mujer, niño y niña de las familias de las naciones, porque una vez que ellos sean bautizados en agua, invocando la perfecta santidad de su nombre fuegos, entonces, ellos habrán entrado a Canaán para vivir su voluntad perfecta, siempre enriquecidos.



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